Actividades para mejorar la concentración y atención en los peques
A muchos niños y niñas les cuesta mantenerse atentos durante un rato, ya sea en clase, mientras hacen los deberes o incluso cuando están jugando. Es algo muy habitual y forma parte de su desarrollo, no tienes que preocuparte pero sí puedes ayudarles a entrenar esa capacidad poco a poco.

La concentración y la atención son habilidades que se desarrollan con el tiempo, no aparecen de un día para otro. La buena noticia es que no hace falta hacer nada complicado, con pequeños juegos, rutinas o momentos compartidos, puedes acompañar a tu peque para que aprenda a escuchar, a esperar y a mantenerse en una tarea de forma natural y sin presión.
En este artículo, te damos algunas ideas sencillas que puedes adaptar a su edad y su ritmo para que centrar la atención sea algo más fácil y divertido cada día.
¿Por qué a veces les cuesta concentrarse?
Hay muchas razones por las que un niño o una niña puede parecer distraído, distraída o con falta de atención. A veces es cuestión de edad, no es lo mismo la capacidad de concentración de un peque de 4 años que la de uno de 8. A esas edades aún están descubriendo el mundo, su entorno cambia a gran velocidad y su cerebro aún está aprendiendo a filtrar lo importante de lo que no lo es. Otras veces influye el entorno, como el exceso de estímulos, las pantallas, el ruido, el cansancio, el hambre o incluso cómo se sienten emocionalmente. Por eso, más que forzarle a atender, lo importante es crear un entorno donde sea más fácil hacerlo. Acompañándolos con paciencia, entendiendo su momento y buscando actividades que les resulten atractivas y sean efectivas.
Actividades para mejorar la concentración y atención en los peques
Juegos de mesa y de memoria
Jugar a encontrar parejas, recordar secuencias o repetir una serie de objetos es una forma muy efectiva de ejercitar la atención. Puedes inventar juegos sencillos con cartas, dibujos o cosas que tengáis por casa. Por ejemplo, puedes colocar cinco objetos en una bandeja, dejar que los observe unos segundos y luego esconderlos. ¿Cuáles recuerda? ¿Faltaba alguno? Este tipo de juegos son rápidos, divertidos y muy efectivos.
También puedes apoyarte en juegos de mesa, ya que requieren seguir turnos, escuchar normas, fijarse en lo que hacen los demás y tomar decisiones. Además, son una forma genial de pasar tiempo en familia. Algunas ideas según la edad son:
- De 3 a 5 años: Memory, dominó, Simón dice, juegos de colores o formas.
- De 6 a 8 años: Uno, Dobble, juegos de cartas simples, Lince.
- A partir de 8 años: ajedrez, parchís, Cluedo, juegos de estrategia o escape room adaptados.
Elige juegos que le motiven y que no sean demasiado largos al principio. La clave está en que disfrute mientras entrena la capacidad de esperar, prestar atención y mantenerse presente.
Pintar con tranquilidad
Dibujar, colorear o hacer mandalas no solo estimula la creatividad, también favorece la atención sostenida. Anímale a que pinte sin prisa, que se fije en los detalles, que mezcle colores, que experimente.
Puedes proponerle retos sencillos como copiar un dibujo, rellenar una forma con un solo color sin salirse o seguir un patrón, pero lo más importante es que lo haga como algo relajante, no como una tarea más del cole.
Lectura compartida
Leer con tu peque es una de las mejores maneras de trabajar la atención de forma natural. Haz pausas, haced voces distintas para los personajes, comentad lo que está pasando o imaginad qué puede ocurrir después. Eso convierte la lectura en un momento interactivo y ayuda a mantener el foco.
Incluso los cuentos cortos o con muchas ilustraciones pueden dar mucho juego si le das espacio para imaginar y reflexionar.
Juegos de atención auditiva
La atención no es solo visual, entrenar el oído también ayuda muchísimo. Puedes probar con juegos como:
- Imitar sonidos de animales y adivinar cuál es.
- Escuchar una serie de palabras y recordar el orden.
- Taparse los ojos y adivinar qué objeto suena.
- Seguir instrucciones encadenadas, como por ejemplo: toca tu cabeza, luego salta y después da una vuelta.
Son juegos sencillos, pero muy efectivos para mejorar la capacidad de escucha activa.
Puzzles, construcciones y laberintos
Todo lo que implique observar, planificar y resolver algo paso a paso ayuda a entrenar la atención. Los puzzles, los bloques tipo Lego o los laberintos en papel son actividades ideales y si lo hacéis juntos, aún mejor, ya que puedes animarle, guiarle si se frustra y celebrar sus logros.
Yoga o ejercicios de respiración
Aunque parezca que tu peque no se va a quedar quieto ni medio minuto, el yoga infantil funciona. Hay posturas adaptadas para todas las edades, muchas con nombres de animales, que ayudan a conectar con el cuerpo y a reducir el estrés y la ansiedad.
También puedes probar con respiraciones divertidas como inflar la barriga como un globo, soplar una vela imaginaria o hacer sonidos al exhalar. Esto le enseña a parar, a prestar atención a su cuerpo y a regularse emocionalmente.
Más allá de las actividades, tu actitud también es clave para ayudar a tu peque a concentrarse mejor. Evita etiquetas como “es muy despistado” y céntrate en lo que va consiguiendo. Haz pausas cuando notes que se dispersa, valora siempre su esfuerzo más allá del resultado, habla con él o ella y obsérvale para saber lo que más le ayuda.
Crear un entorno donde pueda explorar, jugar y equivocarse sin miedo es la mejor base para que su concentración crezca poco a poco. No todos los niños ni las niñas tienen la misma capacidad de atención ni avanzan al mismo ritmo, lo importante es acompañarle sin exigencias excesivas, entendiendo que está aprendiendo algo que lleva tiempo y práctica y recordando que con tu apoyo, tu peque puede aprender a mejorar su atención y concentración de una forma efectiva.
Publicado en Responsabilidad Social Corporativa