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Del tablero al aula: Innovación para un aprendizaje efectivo

Como madre, padre, tutor/a o profe quieres lo mejor para tus peques, quieres verlos crecer sanos y preparados para enfrentar los retos que se les presenten. Buscas darles herramientas que no solo desarrollen sus habilidades académicas, sino que también fortalezcan su salud emocional y física. Y es ahí donde entra en juego la importancia de una educación integral que cubra todos los aspectos de su bienestar.

La importancia de la innovación en las aulas para el aprendizaje

Hoy en día, los retos a los que se enfrentan los niños y niñas no son pocos: pantallas, redes sociales, ciberbullying, sobreinformación, etc. Así que seguramente te has preguntado cómo puedes ayudar a tu hijo o hija a tomar buenas decisiones y a cuidar su salud sin que sientan que es una lección más. Para eso, hemos desarrollado Health Shapers, un juego de mesa con un objetivo claro, convertir el aprendizaje sobre salud emocional y física en una experiencia divertida y cercana para los niños y niñas.

Qué hace diferente a Health Shapers

Imagina un aula en la que, en lugar de una lección explicada, los peques juegan y se divierten mientras aprenden a tomar decisiones saludables. Health Shapers está diseñado para niños y niñas de hasta 12 años y convierte el aprendizaje en una aventura, dónde no solo juegan, sino que asumen roles, enfrentan retos y colaboran con sus compañeros y compañeras para vencer a los “Amorfos”, unos villanos que representan las amenazas a la salud física y mental.

Este juego ha sido desarrollado con el respaldo de la Universidad de Stanford y la Universidad CEU-UCH, utilizando más de 150 referencias científicas y guías de expertos en salud física, mental y medioambiental. La misión detrás de Health Shapers es clara, no solo queremos que los peques adquieran conocimientos y aprendan a pensar por sí mismos, sino que también internalicen valores fundamentales como la colaboración y el trabajo en equipo, habilidades que les serán útiles en la vida diaria, dentro y fuera del cole.

¿Funciona aprender a través del juego?

Si alguna vez has visto a tu peque jugar concentrado y metido en su propio mundo, sabes el impacto que tiene el juego para ellos y ellas. Y es que jugar, es una de las maneras más efectivas de aprender. Desde que son muy pequeños, los niños y niñas usan el juego para entender el mundo que les rodea, para resolver problemas y para aprender sin darse cuenta.

Pero , ¿por qué funciona tan bien? Porque el juego les hace sentir libres. Cuando están jugando, no hay presión por hacerlo bien o miedo a equivocarse. Simplemente exploran, prueban y si algo no les sale, lo intentan de otra forma. Esa libertad es esencial para que se atrevan a experimentar y a aprender de sus propios errores.

El aprendizaje a través del juego despierta en ellos un interés real, no sienten que están estudiando o haciendo deberes, simplemente se están divirtiendo. Y al estar tan concentrados, todo lo que aprenden queda grabado de una manera mucho más duradera.

Además, cuando juegan con otros niños y niñas o con la familia, es todavía mejor. En juegos de equipo, tienen que aprender a escuchar, a turnarse, a colaborar y hasta a negociar. Se dan cuenta de que las ideas de los demás también cuentan y que trabajar juntos puede llevarlos más lejos. Estos momentos de juego en grupo son muy importantes para su desarrollo social y emocional.

Para los profes y para los padres y madres, el juego se convierte en un aliado, en un recurso que te permite enseñar sin imponer, que saca a los peques de su zona de confort sin que se sientan presionados. ¿Hay mejor forma de aprender?

Innovación en las aulas para un aprendizaje efectivo

Hoy en día, las aulas están cambiando, y con ellas, también la forma en que los niños y niñas aprenden. Los métodos tradicionales, aunque han sido efectivos durante muchos años, ya no son suficientes en la actualidad. Los peques viven en un mundo en el que las tecnologías avanzan muy rápido. Por eso, la innovación en las aulas no es solo una tendencia, sino una necesidad para asegurar que el aprendizaje sea efectivo y significativo.

Innovar en el aula no solo implica introducir nuevas tecnologías o herramientas, sino también replantearse los métodos de enseñanza para que el aprendizaje sea dinámico y adaptado a las necesidades de cada niño y niña. El juego y el aprendizaje a través de experiencias prácticas están ganando terreno en este sentido, porque permiten conectar con los peques en un nivel que los libros o las explicaciones teóricas no siempre lo consiguen.

Un ejemplo claro de cómo la innovación puede mejorar el aprendizaje en el aula es Health Shapers, en el que se crea un espacio para que los peques reflexionen sobre temas como el abuso de las pantallas, los riesgos del vapeo o el ciberbullying, todo mientras juegan.

El papel de la tecnología en la educación

Además del juego, la tecnología también está transformando las aulas. Herramientas como la inteligencia artificial, la realidad aumentada y los recursos interactivos están empezando a formar parte de la vida escolar, permitiendo que el aprendizaje sea más personalizado y accesible. Un ejemplo claro es el uso de plataformas online que adaptan el contenido según el progreso de cada estudiante. Así, cada niño y niña puede avanzar a su propio ritmo, revisando aquellos conceptos que aún no domina sin sentirse rezagado o frustrado.

En definitiva, la innovación en las aulas es una inversión en el bienestar de los niños y niñas. Herramientas como Health Shapers, las plataformas digitales y las nuevas metodologías transforman la experiencia de aprendizaje en algo más relevante, permitiendo que los peques se formen, se sientan preparados para enfrentar los retos del día a día y cuiden su salud mental y física.

Publicado en Responsabilidad Social Corporativa