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10 tradiciones navideñas para empezar en familia

La Navidad está llena de tradiciones que se repiten año tras año, con luces que se encienden, villancicos que suenan una y otra vez y reuniones que parecen detener el tiempo. Pero también puede ser el momento perfecto para crear pequeñas costumbres familiares que se conviertan en recuerdos compartidos y que los peques esperen con ilusión cada diciembre.

Ideas para crear nuevas tradiciones navideñas en familia

Cada familia tiene su propio modo de vivir la Navidad. Algunas mantienen tradiciones heredadas de generaciones anteriores y otras deciden reinventarlas o empezar desde cero. En este artículo te proponemos ideas sencillas y originales para iniciar tus propias tradiciones navideñas, adaptadas a distintos gustos y edades.

1. Decorar la casa en familia

Pocas cosas marcan tanto el inicio de la Navidad como el momento de decorar la casa. Elegir juntos el día para poner el árbol, colgar las luces o montar el belén puede transformarse en una tradición entrañable.

Algunas familias lo hacen siempre el 8 de diciembre, otras lo adelantan para disfrutarlo más tiempo o lo convierten en todo un evento con música, chocolate caliente y villancicos.

Involucrar a los peques en la decoración, dejando que coloquen sus adornos o creen alguno nuevo cada año, convierte este gesto en un recuerdo que se repite y crece con ellos.

2. Crear un calendario de adviento personalizado

El clásico calendario de adviento es una forma divertida de comenzar diciembre, pero puede ir mucho más allá del chocolate diario. Una idea diferente es crear un calendario casero con pequeñas actividades para hacer en familia, como ver una película navideña, escribir una carta a alguien especial, donar juguetes, preparar galletas o hacer una manualidad.

Además de fomentar la ilusión, ayuda a enseñar valores como la empatía, la creatividad y el tiempo compartido. Puedes hacerlo con sobres, bolsitas o cajitas recicladas y adaptarlo según la edad de los peques.

3. Escribir deseos en el árbol

Una tradición sencilla y muy simbólica que consiste en escribir deseos, propósitos o mensajes de agradecimiento en pequeñas tarjetas y colgarlas del árbol de Navidad. Pueden ser deseos para el nuevo año, para otras personas o frases bonitas que os inspiren.

Es una forma de conectar con las emociones y reflexionar sobre lo vivido. Incluso se puede guardar cada año un pequeño “frasco de deseos” para leerlos juntos cuando termine la Navidad siguiente.

4. Cocinar un postre navideño

Cocinar en familia es una tradición que nunca pasa de moda. Escoger un día para preparar galletas navideñas, turrones caseros o el postre estrella de la familia puede convertirse en un momento esperado cada año.

No se trata de que quede perfecto, sino de disfrutar del proceso con las manos llenas de harina, el olor a canela o la emoción de probar las primeras galletas. Además, es una actividad ideal para todas las edades y una oportunidad para transmitir recetas familiares o inventar las propias.

5. Organizar una noche de pelis navideñas

Un plan sencillo, cálido y perfecto para cualquier día del mes. Preparar palomitas, llenar el sofá con mantas y cojines y elegir una película diferente cada año puede convertirse en una cita fija.

Algunas familias escogen clásicos como Solo en casa o Love Actually, mientras que otras prefieren descubrir películas nuevas o animadas para disfrutar con los peques. Lo importante es mantener ese momento especial de apagar las luces, encender las del árbol y que la magia de Navidad llene el espacio.

6. Hacer la foto o vídeo del año

Una tradición que con el tiempo se puede volver un tesoro. Cada Navidad, hacer una foto familiar en el mismo lugar o hacer un pequeño vídeo de los momentos más bonitos del año.

Ver cómo cambia cada persona, cómo crecen los peques, cómo se suman nuevas caras o cómo se repiten las risas, se convierte en una cápsula del tiempo emocional. Incluso se puede crear un álbum anual o un montaje que recopile los mejores recuerdos.

7. Intercambiar regalos con un toque personal

Más allá del regalo material, se puede convertir el momento en algo más significativo. Por ejemplo, hacer un amigo invisible de recuerdos, donde cada persona escribe una carta contando una anécdota vivida con la otra o regala algo hecho a mano.

Otra opción es que los regalos sigan una temática: algo para leer, algo para compartir o algo que te haga reír. De este modo, el intercambio se vuelve más personal y menos centrado en el consumo.

8. Salir a ver las luces de Navidad

Salir a ver las luces de la ciudad, los mercadillos o los belenes es un clásico que nunca falla. Pero se puede convertir en una tradición especial si se hace cada año en el mismo día o con un pequeño ritual como llevar jerseys navideños, comer churros o votar entre todos cuál ha sido la decoración más bonita.

9. Escribir una carta al futuro

Una tradición sencilla pero muy emotiva. Consiste en que cada persona escriba una carta a su “yo” del año siguiente: qué desea, qué ha aprendido o qué quiere agradecer. Se guardan en una caja o sobre cerrado y se leen al año siguiente, durante las mismas fechas.

Es una forma muy bonita de reflexionar y ver cómo ha cambiado cada miembro de la familia. Ideal para hacer con adolescentes o personas mayores que disfrutan recordando y compartiendo experiencias.

10. Hacer un gesto solidario en familia

Cada vez más familias deciden que la Navidad también sea una época para compartir con quienes más lo necesitan. Donar juguetes, colaborar con una asociación local o participar en campañas de recogida de alimentos puede formar parte de las tradiciones anuales.

También se puede implicar a los peques en acciones sencillas como elegir los juguetes que ya no usan, preparar una caja con comida para donar o visitar juntos a personas mayores que se sientan solas en estas fechas. Son pequeñas acciones que transmiten empatía y ayudan a comprender el sentido de la Navidad.


Las tradiciones navideñas no tienen por qué ser grandes ni costosas. Lo que las hace especiales es el valor emocional que les das y la posibilidad de compartir tiempo de calidad con las personas que quieres.

Empezar nuevas costumbres familiares puede ser una manera de fortalecer vínculos, crear recuerdos y transmitir valores a los más peques. Y aunque el árbol, las luces o los regalos formen parte del decorado, lo que queda con los años son esos momentos sencillos en los que sientes que estás en casa.

Publicado en Responsabilidad Social Corporativa