Cómo gestionar el duelo por una mascota con niños y niñas
El fallecimiento de una mascota puede suponer un golpe emocional muy duro para los más pequeños por el hecho en sí de la pérdida y porque toman conciencia del fin del ciclo vital.

En ocasiones, quienes no conviven en compañía de animales tienen dificultades para empatizar con el dolor que supone la muerte de éstos.
El período vivido con estos seres, logra establecer un vínculo muy especial entre humanos y animales. A la hora de asumir la pérdida de una mascota, los pasos que suelen seguirse para elaborar el duelo no difieren mucho del de la muerte de una persona cercana. En el caso de los más pequeños de la familia, estas fases se sucederán, en la mayoría de los casos, por primera vez.
Entender el duelo por una mascota
El duelo por una mascota es un duelo especial que tiene unas características particulares. Para entenderlo, debemos tener en cuenta dos aspectos: como ya hemos hablado, el vínculo, ya que la intensidad del dolor siempre vendrá influenciada por el tipo de vínculo establecido con ese ser querido fallecido. Y el otro aspecto es que se trata de un ejemplo de duelo desautorizado.
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El duelo desautorizado hace referencia a la situación en la que sentimos que la sociedad no nos permite estar en duelo, por tanto, la sociedad invalida este vínculo con la mascota, y todavía es más notorio en la relación con los más pequeños, ya que se intenta evitar ese dolor a través de ‘tapar’ esa pérdida, reponiendo la falta con otra mascota o utilizando la mentira.
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Cómo gestionar la muerte de una mascota con niños y niñas
La infancia es la etapa en la que las emociones ganan protagonismo en las relaciones personales, por ello, la relación entre los niños y niñas y los animales, puede llegar a ser todavía más fuerte y especial que en el caso de las personas adultas.
La muerte de una mascota puede ser especialmente traumática para los más pequeños de la casa. Al igual que cuando fallece una persona de la familia, hay que prestar especial atención a los niños y niñas de la familia. Nunca debes mentirles, ya que utilizar expresiones como "se ha ido a vivir a otro sitio" harán que se cree una historia alrededor de una falsedad que, cuando el menor madure y comprenda, provoque un dolor innecesario. Es preferible utilizar la verdad, con tacto, y ayudar así a que los niños y niñas, durante su proceso madurativo, puedan aprender a interiorizar qué es la muerte, y qué es la pérdida.
Dar la noticia será un momento complejo y doloroso, sin embargo también es un trance necesario para que los más pequeños de la familia consigan transitar la pérdida de una mascota. Antes de traer un nuevo animal a casa, antes de inventar historias que puedan evitar la incomodidad de hablar de la muerte con los más pequeños, debes entender que esta situación forma parte inevitable de la vida y pensar que, a largo plazo, naturalizar este tema será lo mejor para ellos y ellas. De igual modo, podéis honrar juntos la memoria del compañero ausente y compartir de los recuerdos comunes, haciéndole partícipe de un posible ritual de despedida.
Las formas para transitar el duelo que implica la muerte de un animal de compañía implican activamente a las personas afectadas, a todas. Puede ser bueno hablar abiertamente de ello, llorar y, por supuesto, escuchar a los demás sin juzgar. Al final, buscar la fuerza de los recuerdos, será de gran ayuda a la hora de seguir hacia delante.
Publicado en Responsabilidad Social Corporativa