Diferencias entre seguro de contenido y continente
Puede que estés a punto de contratar un seguro de casa o que ya tengas uno y no estés del todo seguro de qué cubre exactamente. Entre tantos términos, hay dos que suelen generar más dudas de lo normal, el seguro de contenido y el seguro de continente. Suenan parecidos, pero cubren cosas muy distintas. Y entender bien qué implica cada uno puede ayudarte a evitar una sorpresa si algún día necesitas recurrir a tu seguro de hogar.

A veces no te das cuenta de lo importante que es un seguro hasta que ocurre algo. Un escape de agua, un robo, una catástrofe natural, etc. Situaciones que crees que nunca sucederán, pero que se convierten en un quebradero de cabeza si no sabes qué cubre tu póliza o si realmente estás protegido. Por eso, no se trata solo de contratar un seguro de hogar, sino de entender bien qué estás asegurando.
¿Qué es el seguro de continente?
Imagina que tu casa es una caja. El continente es la caja en sí: las paredes, el suelo, el techo, las ventanas, las instalaciones eléctricas, las tuberías, etc. Todo eso forma parte del continente. Es decir, el seguro de continente cubre la estructura física de la vivienda.
Si, por ejemplo, se rompe una tubería y eso provoca humedades en la pared o en el techo, el seguro de continente es el que se hace cargo de la reparación. Lo mismo si hubiera un incendio y afectara a la instalación eléctrica o a las paredes.
Este tipo de seguro es especialmente importante si eres propietario de la vivienda. Si vives de alquiler, esta parte suele estar cubierta por el propietario, ya que es él quien tiene que garantizar que la vivienda está en buenas condiciones. También conviene saber que si tienes una hipoteca, es habitual que el banco te exija tener un seguro de continente contratado.
¿Y el seguro de contenido?
Siguiendo con el ejemplo de la caja, el contenido sería todo lo que está dentro de ella: muebles, electrodomésticos, ropa, libros, ordenadores, televisores, juguetes, vajillas,etc. Todo lo que tú has puesto dentro de tu casa, que te pertenece y que te llevarías contigo si te mudaras.
En general, el seguro de contenido cubre tus pertenencias personales ante imprevistos como robos, incendios, inundaciones o daños accidentales. Pero hay que tener en cuenta, que el tipo de cobertura dependerá siempre de la aseguradora con la que contrates tu seguro de hogar. Por ejemplo, si hay un cortocircuito y se estropea la nevera, o si entra agua por una ventana y estropea el sofá, ahí entra el contenido. Lo mismo si sufres un robo y se llevan tu tele o el ordenador. Todo eso lo cubriría el seguro de contenido, según las condiciones y límites de tu póliza.
Este tipo de seguro es especialmente importante si tienes objetos de valor en casa o si eres inquilino, ya que es probable que el propietario tenga asegurado el continente, pero no el contenido.
¿Cómo saber si tu seguro cubre lo que necesitas?
Un seguro de hogar no es algo que se contrate una sola vez y luego se olvide. Lo ideal es revisar tu póliza cada cierto tiempo, porque las necesidades de tu casa van cambiando. Si compras muebles nuevos, renuevas tus electrodomésticos o simplemente tienes algo valioso que añadir a la lista, es buena idea asegurarte de que todo lo que tienes está protegido. Las aseguradoras suelen ofrecer opciones de personalización, por lo que actualizar tu póliza es sencillo y te ayudará a mantener la protección a la altura de lo que realmente necesitas.
Es importante que te fijes en las exclusiones de la póliza, ya que algunas coberturas pueden no incluir ciertos objetos valiosos, como obras de arte o colecciones. También hay que tener en cuenta que, en el caso del seguro de continente, algunas reparaciones de la estructura no siempre están cubiertas, sobre todo si se deben a un defecto de construcción o desgaste normal. Por eso, antes de firmar o renovar tu contrato, tómate el tiempo necesario para leer bien todo lo que cubre y lo que no y si hay algo que no entiendes, no dudes en preguntar.
Qué hacer en caso de siniestro
Saber cómo actuar en caso de un siniestro es fundamental para no entrar en pánico y resolver las cosas de la mejor manera posible. Si ocurre algo inesperado, lo primero es asegurarte de que todos estén bien y después deberías ponerte en contacto con tu aseguradora lo antes posible para empezar con la gestión del siniestro. Cada compañía tiene su manera de hacerlo, así que asegúrate de saber qué pasos seguir, ya sea por teléfono, a través de su página web, por whatsapp o por una app.
Una vez que hayas avisado a la aseguradora, es posible que te pidan detalles de los daños, como fotos, explicaciones sobre lo que ocurrió, un inventario, etc. Este tipo de información es clave para que tu reclamación avance más rápido. Recuerda que dependiendo de si tienes un seguro de continente o de contenido, las coberturas y reparaciones pueden ser diferentes, por lo que tener claro qué cubre cada uno de ellos puede hacer que todo el proceso sea mucho más sencillo.
Es cierto que puede parecer que con uno de los seguros basta, pero lo más adecuado es contar con ambos. Así, si un siniestro afecta a tu casa, te aseguras de que tanto la parte física como lo que tienes dentro estén cubiertos y eso te puede dar una tranquilidad extra.
En definitiva, no se trata solo de tener un seguro de hogar, sino de entender qué estás cubriendo y por qué. Ya sea el seguro de continente, de contenido o ambos, lo importante es que, cuando llegue el momento de actuar, no tengas que preocuparte por si tu póliza cubre lo que realmente necesitas. Conocer bien tu seguro te ayuda a estar preparado para lo inesperado y proteger tu casa y a los tuyos.
Publicado en Responsabilidad Social Corporativa