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¿Cómo reaccionar ante el dolor de un ser querido y ayudarle?

Cuando una persona de nuestro entorno lo está pasando mal a nivel emocional, nos cuesta encontrar la mejor manera de demostrarle que no está sola. Es frecuente sentir impotencia cuando somos testigos del dolor de un ser querido y no sabemos cómo debemos reaccionar o qué podemos hacer para ayudarle o simplemente ser un buen apoyo.

¿Cómo reaccionar ante el dolor de un ser querido y ayudarle?

Por eso, en muchas ocasiones se suele improvisar con tácticas y palabras que pueden no estar ayudando o que, incluso, pueden estar empeorando la situación si quien sufre se siente presionado o incomprendido.

La buena intención con la que iniciemos el acompañamiento a la persona que está sufriendo es el primer paso, pero debe seguirle una serie de recursos de primeros auxilios emocionales que transformen esa buena intención inicial de querer ayudar en un apoyo real para la persona que está sufriendo.

¿Cómo evitar el bloqueo ante el dolor de un ser querido?

Es importante saber cómo reaccionar de una manera óptima sin caer en la improvisación que, aunque cargada de buenas intenciones, pueda perjudicar más que beneficiar a las personas de nuestro entorno que lo está pasando mal.

En este video titulado “Primeros auxilios emocionales”, la psicóloga Nuria Javaloyes ofrece una guía orientativa con algunas pautas que nos pueden servir de ayuda a la hora de ofrecer apoyo emocional a una persona que está pasando por un momento difícil de su vida.

Entre las ideas que se presentan en esta guía, destacan:

  1. Estar al lado de la persona que sufre.
  2. En ocasiones, la sola presencia puede ayudar mucho más que las palabras. Simplemente nuestra presencia y nuestro tiempo ya es una aportación muy valiosa. El ser humano necesita una interconexión profunda con otro ser humano sobre todo en momentos de dolor.

  3. El silencio.
  4. En ocasiones, la quietud puede ser muy beneficiosa. No deben incomodarnos los silencios prolongados ya que estamos en sintonía con lo que necesita en cada momento la persona que está sufriendo. Las palabras mágicas para aliviar el dolor de otro no existen.

  5. No dar soluciones tempranas.
  6. Cuando una persona está muy triste no necesita que le digan cómo va a dejar de estarlo, lo que realmente necesita es a alguien que le escuche practicando la empatía. Tampoco debemos quitarle importancia a su problema para que se sienta mejor pues esto podría empeorar la situación. Es mejor utilizar frases como: qué complicado es sentirse así, como tú me dices, con el corazón roto.

Por otro lado, si detectamos cierto estado de ansiedad en el ser querido que sufre, debemos intentar reducir esa percepción de amenaza y acompañarle aportándole serenidad, tranquilidad y autocontrol.

De ahí que ampliemos el espacio de confianza con esa persona respetando sus tiempos e incluso la necesidad de estar a solas, siempre haciéndoles sentir que estamos cerca y pendientes de su bienestar.

Publicado en Responsabilidad Social Corporativa