Cómo manejar el estrés en la vida diaria
El estrés es algo que puede aparecer en cualquier momento y afecta a casi todas las personas. No siempre se nota igual, pero sus efectos pueden influir mucho en tu día a día.

Quizá tienes un día con mil cosas que hacer, el trabajo te agobia, tu familia te reclama atención y, en medio de todo eso, sientes que necesitas un respiro. Si alguna vez te ha pasado no te preocupes, es algo muy común. Pero es importante aprender a identificar el estrés y saber manejarlo para evitar que se convierta en una carga que te desgaste. Así podrás recuperar el control, mejorar tu bienestar y afrontar las responsabilidades con más tranquilidad y energía.
10 consejos para manejar el estrés en el día a día
1. Reconoce el estrés y aprende a identificarlo
El primer paso para manejar el estrés es darte cuenta de cuándo está presente. El estrés no siempre se manifiesta igual en todas las personas, tal vez notes que tu corazón late más rápido, que tienes dolor de cabeza, que te cuesta concentrarte o que estás más irritable.
¿Alguna vez has sentido que se te va la cabeza? Esa sensación de bloqueo mental también es una forma en la que el estrés se manifiesta. Identificarla te ayuda a estar más atento o atenta y a tomar medidas antes de que vaya a más.
Prueba a llevar una pequeña libreta o una nota en el móvil donde anotes cuándo sientes que el estrés aparece. ¿En qué momento del día? ¿Qué situaciones lo provocan? Así puedes conocer mejor qué cosas te afectan más y cómo reaccionas ante ellas.
2. Organiza tus tareas y establece prioridades
Muchas veces, el estrés aparece porque sientes que tienes demasiadas cosas por hacer y no sabes por dónde empezar. La solución es organizarte, pero sin complicarte demasiado.
Puedes usar una agenda, un cuaderno o una app para apuntar las tareas que tienes pendientes. Luego, clasifícalas por prioridad: ¿qué es urgente? ¿qué puede esperar?. También te puede ayudar dividir las tareas grandes en pasos más pequeños, para que cada logro te motive. Por ejemplo, si tienes que preparar una presentación, no te centres en hacer la presentación como algo único. Piensa en escribir el texto, diseñar las diapositivas, practicar la exposición. Así reduces la sensación de agobio.
3. Encuentra tu momento para desconectar
Aunque parezca que no tienes tiempo, reservar un rato para ti es fundamental. Puede ser dedicar 10 minutos para respirar, escuchar música, leer o simplemente sentarte sin hacer nada. Este respiro te puede servir para recargar energía y ver las cosas con más claridad.
Cuando notes que estás saturado o saturada, haz una pausa breve. Cierra los ojos, respira profundo y piensa en algo que te guste o te relaje. Puede ser un recuerdo, una canción o simplemente imaginar un lugar tranquilo.
4. Muévete pero sin presión
El ejercicio es uno de los mejores aliados para combatir el estrés, ya que ayuda a liberar tensiones y mejorar tu estado de ánimo. Además, dedicar tiempo a una actividad física puede ser una forma de desconectar de los problemas cotidianos.
No hace falta que te apuntes a un gimnasio o que hagas deporte intensivo. Caminar, bailar en casa, estirarte o practicar yoga suave ya tiene efectos positivos en ti. Puedes empezar por caminar 15 minutos después de comer o de trabajar. Notarás cómo cambia tu ánimo y tu energía.
5. Cuida lo que comes y cómo duermes
Aunque a veces parezca que no influye, la alimentación y el sueño tienen un gran impacto en tu capacidad para manejar el estrés. Evita abusar de la cafeína, el azúcar o la comida ultraprocesada, que pueden aumentar la ansiedad y alterar tu descanso. Por el contrario, elige alimentos frescos, frutas, verduras y proteínas que nutran tu cuerpo y mente.
Dormir bien es igual de importante. Trata de mantener un horario regular para acostarte y levantarte. Crear una rutina antes de dormir, como leer un libro o desconectar de las pantallas, te ayudará a descansar mejor.
6. Aprende a decir “no” cuando haga falta
A veces, el estrés viene porque aceptas más compromisos de los que puedes manejar. No siempre es fácil decir que no, pero es muy importante para proteger tu bienestar. Practicar decir “no” de forma amable y firme te ayudará a poner límites sin sentirte culpable. Recuerda que cuidar de ti también es importante para poder estar bien para los demás.
7. Habla con alguien de confianza
Hablar con alguien de confianza sobre lo que te preocupa o te agobia puede ser un gran alivio. No tienes que buscar respuestas ni soluciones inmediatas, solo expresar lo que sientes ayuda a sentirte acompañado.
Si ves que el estrés se vuelve muy intenso o difícil de manejar, también puedes buscar ayuda profesional. A veces, un apoyo externo es lo que necesitas para entender y superar mejor las dificultades.
8. Practica la gratitud y la atención plena
Aunque pueda parecer un poco abstracto, entrenar la mente para enfocarse en lo positivo y en el presente ayuda mucho a reducir el estrés. Cada día, piensa en tres cosas por las que estés agradecido, por pequeñas que sean. Eso cambia tu perspectiva y te hace valorar más lo bueno que tienes.
La atención plena o mindfulness es una técnica que consiste en centrarse en el momento presente, sin juzgar ni anticipar. Por ejemplo, cuando comes, puedes tratar de notar cada sabor y textura o cuando caminas, observar el entorno y cómo te sientes. Esto ayuda a calmar la mente y reducir la ansiedad.
9. Usa el humor
No olvides que reír también es una gran medicina contra el estrés, ya que te ayuda a relativizar los problemas y no tomarte todo tan en serio. Ver una serie divertida, recordar anécdotas que te hacen sonreír o pasar tiempo con gente que te haga reír puede cambiar completamente tu estado de ánimo.
10. Se paciente contigo mismo
Manejar el estrés es un proceso, no algo que se soluciona de la noche a la mañana. Habrá días mejores y otros más complicados y es normal. Empieza poco a poco y observa que cambios funcionan en ti, date permiso para descansar, equivocarte y aprender. Cada paso que des para cuidar tu bienestar es un logro.
El estrés forma parte de la vida, pero tú decides cómo enfrentarlo. Con pequeñas acciones diarias como organizar tu tiempo, cuidar tu cuerpo y mente y darte momentos para desconectar, puedes reducir esa sensación de agobio y vivir con más calma.
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Publicado en Responsabilidad Social Corporativa